El cementerio de animales se consolida al registrar más de 400 entierros en los últimos años.
* Los animales, en muchas ocasiones, se convierten en un miembro más de la familia y, como tal, son tratados a la hora de su muerte. Los propietarios de perros, gatos u otros animales han descubierto la opción que les ofrece el pionero cementerio de Monserrat. Se abrió para cubrir un vacio y con los años se ha consolidado. Más de 400 animales ya están enterrados allí. Y sus propietarios siguen yendo a visitarles.
Perros, gatos, conejos, pájaros… También merecen tener un entierro digno. Y así lo entienden muchos propietarios de mascotas que han optado en los últimos años por dar otro final a sus animales de compañía. Desean tener un lugar donde poder recordarlos siempre y ésta es una posibilidad que les ofrece el cementerio de animales de Monserrat. Una iniciativa pionera que se puso en marcha bajo la incógnita de sus resultados. Pero después de casi cinco años, el cementerio ha demostrado que existía una necesidad. En este tiempo más de 400 animales han sido enterrados en este cementerio de Monserrat. Pero lo más significativo es que la gran mayoría de propietarios no sólo se preocupan de enterrar dignamente a su mascota, sino que después periódicamente acude a visitar la tumba del animal.
Principalmente los domingos, el parquing del cementerio se queda pequeño, ya que son muchas las personas que acuden al lugar. Algunos llevan flores, otros los juguetes preferidos de su animal y pasan algún tiempo en el cementerio recordando a su mascota. “Desde el respeto y el cariño que el propietario tiene por su animal se preocupa de que no acabe en cualquier sitio y le entierra con la máxima dignidad”, comentaron desde la empresa Nuevas Actividades promotora de la iniciativa.
Los responsables del cementerio destacaron la implicación de gran parte de los propietarios de animales, que después de acudir a presenciar como se entierra a su animal con posteridad continúan yendo a visitarle al cementerio. “Queremos que se vea como un sitio alegre, igual que el animal fue un elemento más de alegría para la familia”, apuntan desde la empresa. Desde su silencio, las mascotas siguen vivas en Monserrat.
“Vamos por detrás de las necesidades”. Esta es la opinión de una de las propietarias de la empresa que dirige el cementerio de animales de Monserrat. Pusieron en marcha una iniciativa para cubrir un vacío que existía hasta el momento, pero ahora también han detectado que es necesario impulsar un nuevo proyecto. Han decidido ampliar su actividad y construir un crematorio para dar una nueva alternativa a aquellas personas que opten por incinerar a los animales muertos. “Es una demanda y por eso hemos decidido ponerla en marcha. Habrán dos opciones, e igual de digna es una que la otra”, explicaron desde la empresa.
Cuando un cliente contacta con la empresa para enterrar a un animal fallecido, los responsables del cementerio acuden hasta el lugar indicado por el cliente para recoger al animal. Después el propietario, si lo desea, puede acudir al cementerio a presenciar el entierro, que no tiene ningún tipo de implicación religiosa. Los animales se colocan en un sudario hermético y se entierran a nivel de suelo.. El precio básico para enterrar un perro o un gato pequeño es de 123 euros más IVA. En las pequeñas placas, que se asemejan a una lápida, también se escriben epitafios. En ellos se refleja el cariño que los dueños sienten por su animal de compañía. Todo un ritual que lo único que aspira es a no olvidar a aquella mascota que en un tiempo formó parte de una familia.
Perros, gatos, ovejas y tórtolas, son algunos de los animales que hay enterrados en el único cementerio y crematorio para mascotas que existe en la Comunidad Valenciana.
M.ª Dolores Cortés, gerente de SENA, muestra con satisfacción las instalaciones, situadas en Montserrat, al tiempo que asegura que tenemos «más de 600 mascotas enterradas. Con las incineraciones llevamos un año». Y es que los precios son populares. «A partir de 123 y 60 euros cuesta un entierro y una incineración, respectivamente», explica M.ª Dolores.
Mientras, Begoña Galindo asea la tumba de su tórtola. «La encontramos con un ala rota, la curamos y la tuvimos 24 años suelta por casa». !Nunca se quiso ir!», cuenta emocionada. Cuando murió, Begoña vino a enterrarla «porque se merecía un buen sitio donde descansar».
Al otro lado del cementerio, se escuchan unos ladridos. Es Ricky, el perrito de Gonzalo y Rosalía, quienes se han acercado a ver a su otra mascota. «Dick, gracias por tu última mirada que nos dio amor», reza la lápida de su difunto pequinés. Según Gonzalo, «para hacer esto hay que tener amor por tu mascota. He visto tirar animales muertos en contenedores y eso no se puede hacer con un ser querido».
La mayoría son perros y gatos, además hay un poni, pájaros y hamster.
El primer cementerio «legal» de animales de la Comunidad Valenciana, ubicado en la localidad de Monserrat, celebró ayer también el día de San Antonio, con la bendición de todos los sepulcros de las mascotas. Según explicó una de sus propietarias, María Dolores Cortés, el campo Santo credado en 1997, alberga en sus instalaciones más de 450 animales, y cuentan ya con medio centenar de reservas. Para Cortés es «sorprendente» el amor que muestran familias enteras que visitan el lugar todos los domingos y más en el día de ayer.
Desde hace algunos años, los animales han pasado de ser meras herramientas de trabajo para convertirse en uno más de la familia, gracias a que las sensibilidades han cambiado.
Bajo esta premisa, María Dolores Cortés y Milagros Heras crearon en 1997 la Sociedad Empresarial de Nuevas Actividades (SENA), y construyeron en una superficie de 7.000 metros cuadrados de la Partida del Tosal de Monserrat el primer cementerio de animales que cumple todos los requisitos legales de la Comuinidad Valenciana, que fué también como el tercero de España.
Allí reposan en la actualidad 450 mascotas, en su gran mayoría perros y gatos, aunque también podemos encontrar un poni, hamsters, palomas, tórtolas, conejos e, incluso, un gallo.
Todas las historias, según María José Cortés son «muy emotivas, tenemos perros lazarillos, y otros que han salvado la vida a personas, además de campeones de concursos y otros que han ayudado a sus amos a superar una depresión», por ello añade, «a la hora de su muerte, los propietarios han querido darles un entierro digno». Esta inhumación se puede realizar a partir de 123 euros y además desde este añó también hay un servicio de incineración por un coste de 60 euros.
La idea surgió de otros países europeos donde estos cementerios funcionan ya desde hace muchos años, pero, según Cortés, aquí ya se están consolidando y cuentan con medio centenar de reservas.
Para la propietaria es «sorprendente» cómo las familias enteras visitan todos los domingos a sus animales. Ayer por ejemplo, la festividad de San Antonio hizo que el aparcamiento de 70 plazas se quedara pequeño para asistis a la bendición de todos los sepulcros.